¿Qué es el Voluntariado?
Si ofreces tu tiempo y tu experiencia para una labor solidaria, si lo haces con libertad y de manera gratuita, si te juntas con otras personas para transformar la sociedad y construir un mundo mejor, tú eres una persona voluntaria.
No hay límites; sólo hace falta querer participar en cualquier ámbito social, desde la cultura a la lucha contra la exclusión pasando por el medio ambiente, los derechos humanos, la cooperación al desarrollo, el deporte, las discapacidades, la igualdad, la inmigración, la tercera edad…
El voluntariado es solidaridad comprometida y organizada; es una manifestación cualificada de la iniciativa ciudadana por el progreso social; es, en definitiva, una herramienta para ejercer el derecho a cambiar la realidad.
(Fuente: Bolunta).
Quién puede ser una persona voluntaria
Voluntaria o voluntario es la persona que ofrece su tiempo, sus conocimientos, su experiencia y su trabajo para el desempeño gratuito de una labor solidaria. Su objetivo es transformar la sociedad desde el convencimiento de que su esfuerzo contribuye a la creación de un mundo mejor. La persona voluntaria se compromete libremente y por propia iniciativa a realizar de forma desinteresada actividades de interés social, colaborando con una organización solidaria y sin ánimo de lucro.
Cualquier persona puede ser voluntaria. Todos y todas tenemos algo que aportar en función de nuestras capacidades, nuestras motivaciones y nuestras circunstancias personales. Siempre vamos a encontrar nuestro lugar, nuestra tarea.
Qué es el trabajo voluntario
Es un trabajo, lo cual implica dedicación y esfuerzo. Es una opción personal libre que requiere un compromiso estable con una organización que canalice nuestra participación, la cual será gratuita y siempre en favor de otras personas y de la sociedad en general.
Requisitos para ser una persona voluntaria
Desear participar. Disponer de algo de tiempo. Querer compartir, formarse, aprender, trabajar con y para los y las demás. Y también es fundamental ofrecer estabilidad al compromiso que se adquiere.
Hay muchas razones que pueden conducirnos al voluntariado, desde motivaciones políticas o religiosas hasta la lucha por resolver problemas concretos de nuestro entorno, sin olvidarnos de quien busca nuevas experiencias o algo diferente en lo que ocupar su tiempo.
Sin embargo, más importante que los motivos iniciales es la evolución de la persona hacia actitudes de solidaridad y gratuidad reales, y que sean éstas las que definan su continuidad en el trabajo voluntario.
Tampoco faltan los miedos que frenan nuestras inquietudes por participar, como pensar que nuestro esfuerzo no es útil, que sólo sirve para hacer el caldo gordo al poder, que se quitan puestos de trabajo, que no tengo edad porque soy mayor o demasiado joven, que no tengo experiencia de voluntariado, que no sé si voy a servir o que no tengo nada que aportar. Son temores comprensibles pero, infundados.
Y la mejor forma de demostrarnos que sí podemos encajar en el voluntariado es probar. Si tienes algo de tiempo y una pequeña motivación hay que lanzarse; sólo habrá que encontrar la organización que mejor responda a tus inquietudes y en la que te encuentres más a gusto.
Las organizaciones ofrecen una amplia gama de posibilidades que permiten colaborar a cualquier persona interesada. La variedad actual de entidades, asociaciones y ONG va a permitir, sin duda, que encuentres el lugar idóneo.
En definitiva, no importa la edad o la formación académica, ni la experiencia previa que se tenga, lo importante es querer participar y estar dispuestos y dispuestas a poner algo de nuestro tiempo, capacidades e ilusión al servicio de otras personas y de la comunidad.
Valores que sustentan al voluntariado
La solidaridad
Significa ser sensibles a la realidad que nos rodea, a los problemas, a la injusticia y ser capaces de salir de nuestro egoísmo para actuar en favor de los y las demás. Es un valor que podemos practicar en todos los ámbitos de nuestra vida y en cada momento del día. La solidaridad es una actitud personal, un estilo de vida caracterizado por el respeto a las demás personas, por la escucha, la comprensión, la toma de postura y la ayuda.
La participación
Hay muchos ámbitos de participación en nuestra sociedad: la familia y el círculo de amistades, el trabajo, nuestro voto, nuestro consumo, nuestros impuestos, nuestro tiempo libre… Y cada vez que participamos estamos condicionando el mañana, apostando por un tipo u otro de sociedad. El voluntariado es una oportunidad radicalmente diferente de participar porque conlleva compromiso y una clara intencionalidad de cambio social. Todos los ciudadanos y las ciudadanas tenemos derecho a participar de la vida de nuestra sociedad, tanto en su disfrute como en la toma de decisiones y en la búsqueda y puesta en práctica de soluciones para sus problemas.
La organización
Voluntariado y organización son conceptos indisociables. Sólo el trabajo en una organización garantiza la eficacia ya que fortalece la posición social de nuestras reivindicaciones y posibilita contrastar, dar continuidad a la acción y compartir las tareas. Además, es una apuesta por lo comunitario frente al individualismo, por crecer y por transformar juntos y juntas una sociedad que es de todos y de todas.
La gratuidad
La gratuidad es la base de la acción voluntaria. El voluntariado, por definición, por principio, se mueve de forma desinteresada. El voluntario, la voluntaria no esperan ningún beneficio económico ni material para sí, sino que pretenden contribuir a la consecución de un beneficio social, de unos fines y objetivos centrados en el bien común.